sábado, 14 de abril de 2012

Cohen y sus terapias alternativas o la imbecilidad del ser

A mis treinta y seis añitos, y pensando que ya lo había visto todo y escuchado las más variopintas ideas y comentarios, creía que estaba curada de espanto.Pero no.Ayer me di cuenta que la humanidad aún me puede sorprender y dejarme en un estado de pluscuamperfectamente imbecilizada.Explicaciones, que sin ellas, no se entiende esta oratoria.
Ayer, iba yo caminando para, una vez más, cumplir con mi deber de obediente trabajadora, ( el coche lo tengo en estado vegetativo y a no ser que me toque la diosa fortuna con su mano, seguirá en la UCI; mejor, así hago ejercicio ), cuando me percaté de un cartelito, pegado en una pared que pedía a gritos una mano de pintura.Me llamó la atención un nombre, Cohen, y sin darme tiempo a seguir leyendo, mi cerebro procesó esa palabra y una sonrisa afloró a mi boca.Caray, viene Cohen a cantar; como sea, conseguiré las entradas, pensé.Hayyy, inocente mi cerebrito, que por una milésima de segundo, creía que ese gran talento iba a dignarse a pasar por mi ciudad !!Al seguir leyendo, descubrí para mi espanto, que no se trataba de mí Leonard Cohen si no, de otro señor, que lleva su mismo apellido.Se ve que en América, Cohen es un apellido tan común, como para nosotros los Rodriguez: los hay a patadas.Este señor, el Cohen del panfleto, anunciaba en negrita y letras grandes como curar la homosexualidad y promocionaba un libro, que decía él, contenía todas las terapias y soluciones para tal cuestión.Ahí fue donde me quedé con los ojos salidos de órbitas y con cara de idota rematada.Creo incluso, que los viandantes que pasaban a mi lado, se dieron cuenta, que lo más seguro, yo era un caso explicito de internamiento, en algún hospital de la zona; una más para el pabellón de los locos, pensarían.Para rematar y rizar aun más si cabe el rizo, el cartelito de marras, en letras hipergrandes, ( creo, que aparte de curar la homosexualidad, quería que nos quedaramos ciegos al leerlo ), decía: Algún conocido tuyo o familiar, necesitará de ayuda y aún no lo sabe.Hazle un favor y regalale el libro que contiene todas las respuestas.Brillante !!!El que hizo el cartelito, estaba en su día de máxima inspiración y Dios no lo sabía.



 
No tenía ni la más leve idea de quién era ese escritor tan potencioso y pregunté a un compañero del trabajo, que aparte de gritar a la fregona que debería de ser cantante, lee.Tampoco sabía quién era y no me quedó otra, al llegar a casa, que buscar en el señor Google, que de todo sabe  pero nada entiende, al escritor desconocido.La curiosidad me mata y hasta que no supiera yo quién era el susodicho, no me podría ir a la cama.La wikipedia hace milagros algunas veces y al teclear el nombre, me sale una biografía extensa y completa, incluída de su familia y sobre los libros tan llamativos que ha escrito esta maravilla de la prosa.A cada frase que leía, más asombrada me quedaba y volvió de nuevo, mi cara de idiota rematada.No podía creer, que estando en pleno siglo XXI, se dijeran tales tonterías.Richard Cohen, que así se llama el lumbreras, propone una técnica llamada bioenergética, que a mí me sonó a ecologismno y todo lo relativo con bio.Una de las terapias que usa, es la de lanzar con fuerza con una raqueta, una pelota a una almohada y mientras se marca ese set, uno grita el nombre de la persona que suscita un recuerdo doloroso en la infancia.Mi imaginación voló y ya me veía yo, haciendome pasar por Arantxa Sanchez Vicario y gritando el nombre de mi profesor de química.Que queréis que os diga, ese profesor marcó profundamente mi infancia, martirizandome con el problemita del tren y el coche y su fórmula correspondiente.Otra de sus terapias, es la de abrazarse con personas de su mismo sexo, y mientras están en ese acto de amor correspondido, se van diciendo palabras positivas, para así, establecer un contacto no sexual, que habría estado ausente en la niñez.Sin palabras.
Mi asombro iba in crescendo.Tanta terapia me dejó exausta.Las terapias, siempre son para covertir el homosexual al camino agridulce de la heterosexualidad, nunca a la inversa.Creo que el señor Richard Cohen, no sabe aún, que la OMS, en 1990, eliminó la homosexualidad como enfermedad, cosa que creo, nunca debría de haber estado considerado como tal, pero eso son opiniones mías.Ninguna editorial financia sus libros, teniendo que autofinanciarse él mismo sus escritos.Normal.No quiero ni imaginar, que uno de sus hijos le salga homosexual.Pobrecillo mío !!!Y pregunto yo, ¿ hay quién de verdad se compre esos libros ?Y aquí viene ya mi parte más crítica.¿ Quién es este señor, para decir que un gusto sexual, no está acorde con los avatares de la sociedad ?También yo, podría ponerme a buscar terapias alernativas, para invertir la imbécilidad, pero mi capacidad intelectual no llega a tanto y, como se dice, en este mundo tiene que haber cabida para todos, incluso para los insostenibles.A más de uno, le salvariamos de la agonía perene, creo.Lo que no hay cabida, pienso, es para la intolerancia.




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