A mis treinta y seis añitos, y pensando que ya lo había
visto todo y escuchado las más variopintas ideas y comentarios, creía
que estaba curada de espanto.Pero no.Ayer me di cuenta que la humanidad
aún me puede sorprender y dejarme en un estado de pluscuamperfectamente
imbecilizada.Explicaciones, que sin ellas, no se entiende esta
oratoria.
Ayer, iba yo caminando para, una vez más, cumplir con mi deber de
obediente trabajadora, ( el coche lo tengo en estado vegetativo y a no
ser que me toque la diosa fortuna con su mano, seguirá en la UCI;
mejor, así hago ejercicio ), cuando me percaté de un cartelito, pegado
en una pared que pedía a gritos una mano de pintura.Me llamó la
atención un nombre, Cohen, y sin darme tiempo a seguir leyendo, mi
cerebro procesó esa palabra y una sonrisa afloró a mi boca.Caray, viene
Cohen a cantar; como sea, conseguiré las entradas, pensé.Hayyy,
inocente mi cerebrito, que por una milésima de segundo, creía que ese
gran talento iba a dignarse a pasar por mi ciudad !!Al seguir leyendo,
descubrí para mi espanto, que no se trataba de mí Leonard Cohen si no,
de otro señor, que lleva su mismo apellido.Se ve que en América, Cohen
es un apellido tan común, como para nosotros los Rodriguez: los hay a
patadas.Este señor, el Cohen del panfleto, anunciaba en negrita y
letras grandes como curar la homosexualidad y promocionaba un libro,
que decía él, contenía todas las terapias y soluciones para tal
cuestión.Ahí fue donde me quedé con los ojos salidos de órbitas y con
cara de idota rematada.Creo incluso, que los viandantes que pasaban a
mi lado, se dieron cuenta, que lo más seguro, yo era un caso explicito
de internamiento, en algún hospital de la zona; una más para el
pabellón de los locos, pensarían.Para rematar y rizar aun más si cabe
el rizo, el cartelito de marras, en letras hipergrandes, ( creo, que
aparte de curar la homosexualidad, quería que nos quedaramos ciegos al
leerlo ), decía: Algún conocido tuyo o familiar, necesitará de ayuda y
aún no lo sabe.Hazle un favor y regalale el libro que contiene todas
las respuestas.Brillante !!!El que hizo el cartelito, estaba en su día
de máxima inspiración y Dios no lo sabía.
No tenía ni la más leve idea de quién era ese escritor tan potencioso y
pregunté a un compañero del trabajo, que aparte de gritar a la fregona
que debería de ser cantante, lee.Tampoco sabía quién era y no me quedó
otra, al llegar a casa, que buscar en el señor Google, que de todo
sabe pero nada entiende, al escritor desconocido.La curiosidad me mata
y hasta que no supiera yo quién era el susodicho, no me podría ir a la
cama.La wikipedia hace milagros algunas veces y al teclear el nombre,
me sale una biografía extensa y completa, incluída de su familia y
sobre los libros tan llamativos que ha escrito esta maravilla de la
prosa.A cada frase que leía, más asombrada me quedaba y volvió de
nuevo, mi cara de idiota rematada.No podía creer, que estando en pleno
siglo XXI, se dijeran tales tonterías.Richard Cohen, que así se llama
el lumbreras, propone una técnica llamada bioenergética, que a mí me
sonó a ecologismno y todo lo relativo con bio.Una de las terapias que
usa, es la de lanzar con fuerza con una raqueta, una pelota a una
almohada y mientras se marca ese set, uno grita el nombre de la persona
que suscita un recuerdo doloroso en la infancia.Mi imaginación voló y
ya me veía yo, haciendome pasar por Arantxa Sanchez Vicario y gritando
el nombre de mi profesor de química.Que queréis que os diga, ese
profesor marcó profundamente mi infancia, martirizandome con el
problemita del tren y el coche y su fórmula correspondiente.Otra de sus
terapias, es la de abrazarse con personas de su mismo sexo, y mientras
están en ese acto de amor correspondido, se van diciendo palabras
positivas, para así, establecer un contacto no sexual, que habría
estado ausente en la niñez.Sin palabras.Mi asombro iba in crescendo.Tanta terapia me dejó
exausta.Las terapias, siempre son para covertir el homosexual al camino
agridulce de la heterosexualidad, nunca a la inversa.Creo que el señor
Richard Cohen, no sabe aún, que la OMS, en 1990, eliminó la
homosexualidad como enfermedad, cosa que creo, nunca debría de haber
estado considerado como tal, pero eso son opiniones mías.Ninguna
editorial financia sus libros, teniendo que autofinanciarse él mismo sus
escritos.Normal.No quiero ni imaginar, que uno de sus hijos le salga
homosexual.Pobrecillo mío !!!Y pregunto yo, ¿ hay quién de verdad se
compre esos libros ?Y aquí viene ya mi parte más crítica.¿ Quién es
este señor, para decir que un gusto sexual, no está acorde con los
avatares de la sociedad ?También yo, podría ponerme a buscar terapias
alernativas, para invertir la imbécilidad, pero mi capacidad intelectual
no llega a tanto y, como se dice, en este mundo tiene que haber cabida
para todos, incluso para los insostenibles.A más de uno, le
salvariamos de la agonía perene, creo.Lo que no hay cabida, pienso, es
para la intolerancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario