sábado, 24 de marzo de 2012

El viento y la niña






El viento jugaba con las copas de los árboles.Le gustaba removerlas, hacerlas rabiar, moviendolas de un lado hacia otro.Además, el día era perfecto para ello; el cielo estaba gris y las nubes caminaban sosegadamente.Entretenido andaba con unas hojas añiles, cuando su oído fino escuchó un llanto leve, casi casto e imperceptible para los demás.Curioso como era, no dudó en abandonar el juego e ir detrás de ese llanto.Surcó el bosque con agilidad en busca del llanto, hasta que lo encontró.Era una niña la que lloraba sútilmente.Estaba en lo alto de un montecito, amparada por un árbol que la obervaba dulcemente.Tenía la niña el pelo largo, del color del sol y sus ojos eran azules como el cielo.Llevaba la niña puesto un camisón blanco, que le llegaba hasta sus pies diminutos.

 

El viento enseguida quizo jugar con la niña y empezó a dar vueltas sobre ella, levantandole el pelo con soplidos suaves.La niña, nada hacía y seguía mirando al infinito y llorando.El viento, imprecionado por la escasa atención recibida y sin poder aguantar más, pues era muy impaciente, decide preguntar:
- Niña, ¿ porqué lloras ?
La niña le mira y nada le dijo.El viento decide volver a preguntar y no perder la paciencia, pues cuando la perdía, sus soplidos se volvían imprevisibles y no quería el, asustar a la niña.
- Niña, ¿ porqué lloras ?
- Porque Él, un día más me visitó.- responde la niña, ya cansada de tanto soportar.
- ¿ Quién és Él ?
- Él es alguién que me visita cada noche, despertandome de mi sueño.
- Si te visita, es porque te quiere.- responde el viento, ya con alma de amigo.
- Eso dice siempre, que me quiere y que soy su niña.
El viento no sabe que pensar.Dá una vuelta al montecito y se posa nuevamente al lado de la niña.
- Entonces...no entiendo.¿ Lloras acaso porque se marcha ?
- No.Lloro porque cada día que pasa, me alejo de mi niñez y lloro también, porque mañana será otro día en el que vendrá a interrumpir mi sueño.
El viento estaba confuso.
- Sigo sin entender nada.Si te quiere tanto y viene todos los días a visitarte, deberías de estar contenta, ¿ no ?
- Al principio, tal vez.No entendía nada, pero como era amable y solo me acariciaba, no me importaba, pero un día, quiso entrar en mi inocencia sin pedir permiso; yo lloro y digo que no y Él dice que así se demuestra el amor; que me quiere, que soy su niña.Después se vá, no sin antes de darme un beso en la frente y prometer que mañana volverá.Yo ya no quiero que vuelva.No quiero que me quiera.
Entonces el viento entendió.No sabía como ayudar e hizo lo único que sabía hacer; mecer a la niña suavemente.Así quedaron los dos; ella mirando el infinito y él meciendole el pelo.
- Viento, ¿ me enseñas a volar ?
- Niña, eso no es un juego.El que aprende a volar, no vuelve jamás; se convierte como yo, en viento y vaga por eternidad entre los cielos, bosques, mares...¿ estás segura de querer aprender a volar ?
La niña se queda por momentos pensativa.
- Si viento, quiero volar.Quiero ser como tú y poder surcar los cielos, los bosques y los mares.Quiero poder terminar mi sueño, aunque sea recostada en una nube.
El viento cogió la mano de la niña y le enseñó a volar.

1 comentario:

  1. Sabes escribir y debes hacerlo. Has conseguido con esta historia que se me anude la garganta, y he sentido rabia e impotencia. Me has hecho sentir, y eso solo lo consigue quien sabe escribir.

    ResponderEliminar