domingo, 25 de marzo de 2012

El escondite

Cuentan que una vez, todos los vicios y virtudes, se reunieron en un pueblo cualquiera, para jugar al escondite.Quedaron a las seis y diez minutos antes, ya se veía subir por las calles del pueblo que daban a la plaza, a la mayoría de ellos:la vanidad, acicalandose y mimandose en todos los escaparates; la bondad, sonriendo a todo el mundo; el orgullo, sacando pecho; la puntualidad, metiendoles prisa...


  Bueno, pues a las seis en punto ya estaban todos.Todos no.A las seis y cinco minutos, llega la impuntualidad, tosiendo y sudando como siempre.
Lo primero era discutir quién se la quedaba, que no era poco.Nadie quería ser el primero en contar y buscar, pues a todos les gustaba esconderse.Al final, la de siempre, la locura, que nunca se sabe bien que vá a hacer, dijo:
- Bueeeeeno, ya me la quedo yo, que le vamos a hacer.- y empezó a contar - 1, 2, 3...24, 25...
La codicia, rápidamente se metió en el bolsillo de una señora enjoyada, que estaba sentada en un banco leyendo una revista.La bondad, se metió en la cartera del quiosquero, que siempre regalaba golosinas a los niños.
- ...61, 62, 63...79, 80, 81...
La vanidad se pegó a la estatua del centro de la plaza.La violencia, como no, se metió en la cartuchera del guardia, que con muy malas pulgas, vigilaba el follón que se estaba montando ahí.
- ...95, 96...
Ya estaban todos escondidos, menos la envidia y el amor, que desesperados, no encontraban ningún sitio para esconderse.La envidia, al final, saltó a la copa de un árbol, sin mirar atrás.El amor, después de ver que todos los sitios buenos estaban ya ocupados, no tuvo más remedio que saltar a un zarzal y taparse con zarzas.
- ...99, 100 !!Espero que estéis todos escondidos, porque os voy a buscar !- gritó la locura y empezó a buscarlos.- Ehhh, por la gula, que se metió en la pastelería....unnn, a ver...ahí está la puntualidad, escondida en el reloj del ayuntamiento y la inteligencia, en la librería, como no podría ser de otra manera.
Uno a uno, fueron saliendo todos, tristes o enfadados, según su manera de ser.Solamente quedaban por aparecer, la envidia y el amor.
La locura empezó a dar vueltas por la plaza, vueltas al quiosco, vueltas a la estatua y terminó por dar vueltas sobre si misma.De repente, miró a un árbol y encontró la envidia, escondida en la copa del árbol riendose.
- Por la envidia, que está escondida en lo alto del árbol !!
La envidia, a regañadientes, bajó del árbol hablando bajito imitando a la locura:
- Por la envidia, por la envidia...¿ y el amor, qué, que está escondido en las zarzas ?
La locura la escuchó y aunque sabía que era una actitud un poco tramposa, no se pudo resistir y se acercó al zarzal, mirando por encima con cuidado.No vió al amor, porque el amor, hay veces que no se deja ver a simple vista.Intentó apartar las zarzas para mirar más adentro y se pinchó.Es normal.Hay veces que el amor pincha sin querer.Por último y ya desesperada, la locura sacó una navaja pequeña del bolsillo y empezó a pinchar levemente, un poco aquí y un poco allá, para ver si así, descubría el amor.



Pero ya sabemos todos como es la locura, que empieza despacito y se vá excitando y empezó a dar unos pinchazos que no veas!!Se oyó un grito y de entre las zarzas, salió el amor con un profundo corte en la cara, que le cruzaba los ojos, que ya nunca los podría abrir.
Y esta, es sin duda, la razón por la que desde entonces, el amor és ciego y la locura, siempre vá con él.



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