Yo no soy una lírica
ni mis versos son épicos;
son trozos de la vida
o retazos del cielo,
o pedazos de noche
o rugidos de trueno
Yo no soy una lírica
ni tampoco lo quiero...
y traduzco en poesía
lo que brota de adentro,
porque sí, porque el canto
es mi lamento.
Y hasta el llanto del niño
y el gemir del enfermo
o el temor de la muerte
y el reír del contento,
son música divina
que vibra en mi cerebro.
Y así surge la chispa
se produce el incendio...
y las llamas azules
se transforman en versos.
Yo no soy una lírica
y quizás sea por eso
que me pongo hinojos
para beberme el cielo.
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